Batallas

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Codigo-Ninja
CAT_IMG Posted on 11/12/2011, 03:52




Batallas del TGN III!



¡Nadie gana, ninguno pierde.


Un nuevo día en el estadio utilizado para las preliminares para el Torneo Gran Ninja III. El público comentaba combates pasados, las estrategias más increíbles y los golpes más certeros. Hoy, como todos los días, sería un día en el que luchadores interesantes mostrarían los secretos de sus aldeas, con el fin de poder llamarse Gran Ninja.
El presentador no hizo esperar más a los asistentes al Torneo y llamó a los dos participantes que deberían batirse en combate.
Uno sería Romoku, el otro Genin de Uzushio presentado al Torneo. Un ninja de pelo azul, iniciado en el arte del Ninjutsu, usuario del elemento Fuuton.
El rival de éste sería de nuevo un samurái, que con aspecto serio agarraba su espada con seguridad.
El ninja del Remolino duplicó su cuerpo con la ayuda de un Bushin no Jutsu. Uno de los clones del ninja comenzó a formular sellos rápidamente y expulsó un torbellino de viento, lanzado contra el samurái.
El torbellino impactó de lleno en el samurái, este no se esperaba tal ofensiva, y el ninjutsu dejó al portador de aquella fortísima espada tocado.
Mientras Katakura Kojuto era maltratado por el torbellino, el Romoku real lanzaba unos proyectiles de viento para debilitar al samurái aún más.
El ninja de Uzushio demostraba una afinidad con el elemento viento impropia de un nina tan joven, estaba siendo un combate espectacular.
Pero como todo el público sabía, los samuráis no son fáciles de vencer. De hecho, aún no había habido ningún derrotado en el torneo.
Kojuto con una velocidad ya vista en los samuráis se desplazó hasta Romoku y le lanzó un corte con su espada. El joven ninja del Remolino sólo podía encajar los golpes lo mejor posible. Antes de retroceder, el samurái lanzó otra estocada con la espada.
Estaba siendo una batalla encarnizada, en la que ninguno quería perder. Romoku asestó un puñetazo en la cara de su contrincante. El samurái seguía dando golpes con su espada.
Tras un rato de combate, y ante la sorpresa de todo el estadio, los dos luchadores cayeron al suelo, vencidos por el dolor y el cansancio.
Espectacular, hermoso, duro… eran buenos calificativos para este combate, aunque el ideal era: Épico.
Es grande ver como dos ninjas expertos se ayudan de sus poderosas y devastadoras técnicas para matar a su rival, pero es mucho más grande ver como dos niños se ponen a prueba, intentando ganar el respeto de sus compañeros, el orgullo de sus maestros y la gloria en todo el mundo ninja.
El combate había acabado allí, ninguno de los dos luchadores se clasificaría para el Torneo Gran Ninja III, pero nadie perdió aquella tarde, hubo dos claros ganadores.

La herida se regenera bajo la punta de la flecha


En las gradas había ya público expectante a ver un poco de acción sobre el tapete. La gente no sabía quién iba a combatir, pero en el Torneo Gran Ninja suele uno ver combates fascinantes.
El presentador llamó a los dos próximos ninjas que se batirían en un duelo hasta que uno de ellos no pudiera continuar en pie.
Iyeasu, un samurái proveniente del País del Hierro fue uno de los seleccionados. El samurái se levantó con aire despreocupado, desprendía nobleza. Sobre su espalda colgaba un carcaj y con su mano sostenía un arco.
El otro participante pertenecía a la nueva generación de ninjas de la Aldea del Remolino. Su nombre era Kamoame, y emitiendo un graznido, como si de un pájaro se tratase, se colocó frente al samurái arquero.
Los Jutsus empezaron de forma rápida y repentina. El ninja del Remolino duplicó su cuerpo mediante un Bushin no Jutsu. Uno de los clones introdujo a su rival del Hierro en un Genjutsu, restándole así vida por unas quemaduras ilusorias. El otro clon lanzó una bomba de humo al suelo, para hacerse así imposible de localizar.
La cosa parecía clara, el ninja del Remolino tenía todas las de ganar, un arquero sin visión no era nada.
Nada más lejos, el arquero, a una velocidad vertiginosa cogió varias flechas de su carcaj y las lanzó a la vez. Después repitió de nuevo el mismo procedimiento.
Dos ráfagas de flechas se perdieron en la oscuridad, llegando finalmente hasta Kamoame.
El ninja de Uzushio cayó al suelo con heridas claras en su cuerpo.
Todas las personas que veían el combate, incluido el propio samurái, se quedaron pasmados cuando de pronto, las heridas del muchacho pelirrojo empezaron a curarse a una velocidad increíble.
- Mi nombre es Uzumaki Kamoame - dijo señalándose - ¡Recuérdalo!
Tras esto, el ninja de Kamoame al que todos creían acabado corrió rápidamente a por su rival, con algo en la mano. Era una especie de pegatina con un símbolo dibujado.
Kamoame colocó la pegatina sobre la mano de Iyeasu. Este brazo se quedó inutilizado en el momento, estaba sellado mediante un Fuda portador de un Fuuin no Jutsu. ¡Por fin el Remolino mostraba sus verdaderas armas!
Era una estrategia muy inteligente. Un arquero falto de una mano no podría hacer nada.
De nuevo, se equivocaba… De una forma increíble, el samurái arquero Iyeasu logró coger dos flechas de su carcaj y lanzarlas, con una sola mano. Las flechas se clavaron en el pecho de Kamoame.
El combate había finalizado, el Hierro había ganado a Uzushio esta vez.
Iyeasu se acercó a Kamoame, el cual otra vez sanaba a una velocidad alucinante, y dijo ‘’Eres el rival más sorprendente al que jamás me he enfrentado…’’
Había sido un combate fructífero para ambos luchadores. Kamoame aprendió que no existe la estrategia perfecta. Iyeasu conoció el poder de los ninjas del Remolino.

Autor: Kodoku (Reportero del Remolino)
 
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